El día 2 de febrero de 1966 pudo ser un día trágico para la
aviación comercial en Perú; donde el causante del accidente, al parecer,
no sería de este planeta.
Aquel día el capitán del vuelo Oswaldo Sanvitti, ex piloto de la
Fuerza Aérea Italiana, comandaba la tripulación y pilotaba la nave DC-4
perteneciente a la aerolínea Faucett Perú. Siendo las 19:30 horas la
nave se encontraba a una altura de 7 mil pies y a una velocidad de 320
Km/hora y siendo su ruta Chiclayo - Lima. Luego de unos minutos la
tripulación divisó una luz azul y blanca al oeste, más precisamente, a
la derecha del avión. Para sorpresa y miedo de los presentes el objeto
desconocido empezó a acercarse rápidamente a la aeronave.
El supuesto OVNI
Según varios testimonios, el objeto tenía forma elíptica, con la
parte superior de un color blanco fluorescente y con la parte inferior
de un color azul, el cual cambiaba a amarillo cuando el objeto se ponía
en movimiento, y dejando una estela naranja tras sí. Según el capitán
Sanvitti, el objeto se encontraba a unos kilómetros del avión, pero aún
así el piloto decidió comunicar o sucedido a la torre de control dándose
cuenta que la radio se encontraba inutilizable, y además su brújula
habá girado 30 grados fuera de su sitio normal, por lo cual el capitán
tuvo que bordear la costa para poder retormar su rumbo hacia la capital.
Lo curioso de este caso, fue justamente, que los pasajeros pudieron
observar dicho fenómeno; muchos de ellos empezaron a gritar "platillo
volador" y muchos otros cayeron presa del pánico. Luego de unos minutos
el objeto se elevó y se colocó encima de la aeronave, manteniéndose en
esa posición por casi 10 minutos, luego se colocó al lado izquiero y se
mantuvo en esa posición unos 15 minutos más para finalmente dirigirse
hacia la cordillera de los Andes. Al alejarse el OVNI los instrumentos
del avión, como la radio y brújula volvieron a funcionar y así el
capitán pudo comunicarse con la torre de control del aeropuerto de Lima
para contarles lo sucedido.
El objeto reaparece
Para sorpresa y nuevamente susto de la tripulación el objeto volvió
a acercarse a la aeronave 10 minutos después y volvió a perseguir al
avión; pero esta vez el objeto no estaba solo, sino que se encontraba
acompañado de otro objeto volador. Esta vez los dos objetos se
posicionaron uno por el lado izquierdo y el otro detrás de la aeronave.
Sin embargo esta vez los instrumentos de navegación y la radio
funcionaron de manera normal, por lo que el capitán volvió a comunicar
lo sucedido a la torre de control. Desde el aeropuerto le comunicaron al
capitán que aparte de su avión no había otra nave sobrevolando la zona.
Diez minutos después del último hecho los objetos volvieron a
desaparecer nuevamente con rumbo a la cordillera de los Andes; para esto
en el aeropuerto ya se había preparado todo lo necesario para
fotografiar a los objetos extraños, pues la aeronave ya se encontraba
por aterrizar.
Después del hecho el capitán Sanvitti manifestó lo siguiente: “Al
comienzo no quise revelar mi observación porque pensé que quizá se
trataba de un planeta, ¡Pero el planeta se estaba poniendo ya muy
cerca!”.
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