viernes, 27 de julio de 2012

Mujer Zen

Cuando Satsume tenía 16 años empezó a visitar cierto templo para orar y a citar un especial texto sagrado día y noche. En cierta ocasión su padre miró en su habitación y la vio sentada sobre una copia de una escritura budista. Se alarmó, pensando que su hija podía haberse vuelto loca; con dulzura la amonestó: "¿Qué significa el que te sientes sobre una Escritura Santísima? Seguramente serás castigada por Buda". Satsume respondió: "¿Qué diferencia hay entre esta maravillosa Escritura y mis Nalgas?".

Su padre pensó que esto era mucho más de lo que podía comprender y fue a contárselo al Maestro zen Hakuin. Hakuin dijo: "Tengo un método que le ayudará". Escribió un corto poema que le pasó a su padre diciéndole: "Pega esto en la pared de tu casa, en donde estés seguro de que ella pueda verlo".
El poema decía:
Oyendo la llamada
de un silencioso cuervo
en la oscuridad de la noche,
uno echa de menos a su padre
antes de nacer.
El hombre tomó el poema e hizo con él lo que Hakuin había dicho. Cuando lo vio, Satsume dijo: "Este poema es del Maestro Hakuin. ¿Así que Hakuin sólo entiende tan poca cosa?".
Su padre pensó que esto era muy extraño, y se lo contó a Hakuin. Hakuin dijo: "Trae a Satsume contigo. Le haré una prueba".
Así, Satsume y su padre fueron a visitar a Hakuin. El Maestro zen hizo un cuestionario detallado a la joven, y Satsume respondió fluidamente. Hakuin, entonces, le presentó un par de koans y en unos días los resolvió, Hakuin le enseñó lo que está más allá de los koan y sus resoluciones y ella terminó superándolos.
En este punto, el padre de Satsume empezó a buscarle un marido que le conviniese. Al principio ella se negaba y no quería casarse, pero Hakuin la llamó y le dijo: "Ya has visto a través de la realidad iluminada, ¿por qué habrías de rechazar la realidad mundana?".

***

En cierta ocasión una mujer cuyo nombre se ignora, fue a ver a un maestro zen para ponerse a prueba. Le dijo: "He atravesado al Buda en mi propio cuerpo. Todo irradia luz. ¡Maravilloso!". El maestro le respondió: "Eso es lo que tú dices, pero ¿qué hay del pozo negro?, ¿acaso irradia luz?"
La mujer se levantó y dio una bofetada al maestro que estalló en carcajadas.

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