Su
padre pensó que esto era mucho más de lo que podía comprender y fue a
contárselo al Maestro zen Hakuin. Hakuin dijo: "Tengo un método que le
ayudará". Escribió un corto poema que le pasó a su padre diciéndole:
"Pega esto en la pared de tu casa, en donde estés seguro de que ella
pueda verlo".
El poema decía:
Oyendo la llamada
de un silencioso cuervo
en la oscuridad de la noche,
uno echa de menos a su padre
antes de nacer.
El
hombre tomó el poema e hizo con él lo que Hakuin había dicho. Cuando lo
vio, Satsume dijo: "Este poema es del Maestro Hakuin. ¿Así que Hakuin
sólo entiende tan poca cosa?".
Su padre pensó que esto era muy extraño, y se lo contó a Hakuin. Hakuin dijo: "Trae a Satsume contigo. Le haré una prueba".
Así,
Satsume y su padre fueron a visitar a Hakuin. El Maestro zen hizo un
cuestionario detallado a la joven, y Satsume respondió fluidamente.
Hakuin, entonces, le presentó un par de koans y en unos días los
resolvió, Hakuin le enseñó lo que está más allá de los koan y sus
resoluciones y ella terminó superándolos.
En
este punto, el padre de Satsume empezó a buscarle un marido que le
conviniese. Al principio ella se negaba y no quería casarse, pero Hakuin
la llamó y le dijo: "Ya has visto a través de la realidad iluminada,
¿por qué habrías de rechazar la realidad mundana?".
***
En
cierta ocasión una mujer cuyo nombre se ignora, fue a ver a un maestro
zen para ponerse a prueba. Le dijo: "He atravesado al Buda en mi propio
cuerpo. Todo irradia luz. ¡Maravilloso!". El maestro le respondió: "Eso
es lo que tú dices, pero ¿qué hay del pozo negro?, ¿acaso irradia luz?"
La mujer se levantó y dio una bofetada al maestro que estalló en carcajadas.
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